Carta a
un hijo asesino
Hola cariño:
Menudo susto me has dado hijo. Estaba en el nuevo
trabajo intentando ajustarme a las normas establecidas para desarrollarlo,
cuando me han llamado al móvil para decirme que habías asesinado a tu profesor
de “mates” y dejado malheridas a otras tres personas. Ni te cuento la bronca
que me han echado en el “curro” porque nos tienen prohibido hablar por
teléfono, pero ya lo arreglaré.
La llamada es para que te vaya a recoger y llevarte a
casa porque como solo tienes trece años, no pueden detenerte, ni acusarte, ni
nada de nada. Parece ser que hasta que llegues a una cierta edad tienes
licencia para matar. Tampoco podré encerrarte en el cuarto oscuro porque eso es
maltrato y no está bien visto por la sociedad.
Has asesinado con aquella ballesta que me hiciste
comprar para practicar la puntería en casa con una diana grande. Lo que pudimos
disfrutar con aquel artilugio, pero siempre tenías mejor puntería que yo,
aunque a veces me dejaba ganar para que tu autoestima subiera.
Lo que si me dan ganas es de soltarte dos ostias pero
eso tampoco lo puedo hacer porque entonces sería yo el delincuente y entraría
directamente en la cárcel, además de que te retirarían de mi custodia. Eso lo
sé muy bien porque la noche que me tiraste a la cara un cazo de agua hirviendo
mientras dormía, luego en el hospital donde me llevaron, solo quería levantarme
para forrarte la cara de ostias, pero llegaron los de “atención a los jóvenes”
y me dijeron que como lo hiciera me llevaban directamente a la cárcel.
Que yo sé que estás deseando que te meta las dos
ostias cariño mío, que me lo estás pidiendo a gritos, pero es que no me dejan
dártelas, la sociedad te protege.
Mira, si quieres delinquir y salir impune, métete a
político, que además tienes madera para ello. Eres el líder del barrio y bien
que lo demostraste cuando violaste a aquella niña y todos los amigos dijeron
que era mentira, que no habías sido tú.
Esta noche estaremos los dos solos en casa porque mami
se ha ido con su amante a pasar el “finde” a La Manga del Mar Menor y la Loli
(tu hermana) se ha puesto a trabajar en el puticlub de la esquina y ya no la
veremos más por las noches, así es que quédate sosegado que podremos hablar con
tranquilidad.
A lo mejor me pongo serio contigo, como aquel día que
me encerraste en la habitación y con un bate de béisbol me amenazabas con no
dejarme salir hasta que te pidiera perdón por algo que ya no recuerdo, que me
tuve que poner serio para poder salir, pero que no te pegué ni te grite ni nada
de eso, aunque si que me puse muy serio para poderme liberar. Perdóname por
aquello hijo de mi vida.
Te llevaré una pizza pepperoni para cenar, que aunque
a mí no me gusta, yo sé que es tu preferida. Yo me tomaré un trocito y un vaso
de leche nada más, el resto te lo dejo a ti.
Hala, anímate, venga, que saldremos de esta como hemos
salido de todas las demás. Debes tener en cuenta que es la primera vez en mi
vida que tengo una mujer que me pone los cuernos, una hija prostituta y un hijo
asesino. La verdad es que me equivocaré en algo, lo sé, pero intento hacer las
cosas con la mejor cabeza posible, aunque seguramente eso no sea suficiente.
Te ruego por ello perdones los errores que pueda
cometer.
Te quiero…
Papá.
Dórigo Alegezzo
Nota: Todos los derechos de autor, debidamente
protegidos en El Registro de la Propiedad Intelectual de Madrid.
La buena o mala
educación...
Código: 1504203889893Fecha 20-abr-2015 17:24 UTC
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