“Adormécete”
He decidido
—a la vista del poco éxito que tengo con las mujeres y animado por el consejo
sugerido de algunos “amigos”—, hacer algo con mi cuerpo para crear en mi
persona un atractivo infernal que doblegue el rechazo de las damas, para
arrastrarlas a un camino de pasión y lujuria que adorne y embellezca mis pasos
—mis amargos pasos— por la tierra.
¡Claro…! que
ya estamos como siempre. ¿Qué derecho tengo yo para beneficiarme en exclusiva
de los favores de todas las mujeres que se acerquen a mí…? Pues ninguno. Y aquí
es donde aparece lo que siempre me ha llevado al abismo: ¡La Pena…! La pena de
que los demás no puedan disfrutar de mi exclusividad y sea yo el único poseedor
de semejante atractivo.
Para ello, y
sin pensar en el riesgo que tengo al inventar un sistema que sea válido para
todos, he puesto manos y pies a la obra y he ordenado a los químicos y biólogos
de mi “laboratorio de inventos raros” la construcción de un elixir que provoque
la pasión más infinita en las mujeres que perciban su aroma, el furor uterino
más exasperado que jamás hubiesen tenido y la sumisión perenne a los caprichos
del hombre.
¡El mundo,
nuevamente será nuestro…! ya que con este sistema tendremos doblegadas a las
féminas de la Tierra, consiguiendo que retornen a costumbres ancestrales, ya
perdidas, en las que el hombre sea erigido en el rey de la casa, dueño y amo de
su compañera, señor plenipotente de caprichos y derechos, tesorero absoluto de
sus bienes, juez implacable y poseedor del derecho de pernada, siempre y cuando
el correspondiente marido lo permita… En fin, que nos vamos a poner las botas y
¡por fin!, vamos a disfrutar de una vida plena, rodeados de lujuriosos
caprichos, convirtiendo a la mujer en juguetes a los que dar cuerda cuando nos
apetezca y apagarlos cuando nos aburran… ¡Un chollo…! Sobre todo aquellas que
alardean de dominio y que ironizan sobre las carestías, según ellas, de ese
pobre ser inferior llamado hombre… JUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUA…
Con la
energía que siempre me caracteriza, he compuesto una fórmula química para que
los técnicos e investigadores a mi cargo la revisen y corrijan los posibles
errores que pudiera mantener en su principio:
Almizcle
de rana y de oveja churra+(CO2:pi)3,l4
= ¡Adormécete...!
(Fn25.pelo de hiena+rabo de toro)
El éxito
está asegurado puesto que el perfume resultante se lo hemos dado a uno de los
ratones de laboratorio que tenemos en jaulitas y al instante, han entrado tres
gatas del barrio rodeándole por completo y lamiendo sus hocicos
desaforadamente.
Ya conocéis
la urgencia que me inunda en estos momentos y he salido del laboratorio con un
frasquito del perfume, en el que se leen las letras de su nombre como una
premonición del muy próximo futuro del hombre: ···”Adormécete”···
Como iba
vestido de “guarrillo” me he cambiado de ropa en mi domicilio para tener una
hermosa apariencia que acompañe al perfume y una vez “bertínosborneado” he
bajado los escalones hasta la calle, donde nada más llegar he escuchado una
voz:
— ¡Te lo voy a comé tooooo…!
Una sonrisa
ha amanecido en mi rostro y con la dignidad de un galán de cine, he girado mi
cuerpo hacia la voz que me deseaba. Un pedazo de tía de 1,80 de estatura, con un
cuerpo escultural, morena y unos ojos verdes como para soñar toda la vida con
ellos.
— Buenos días — contesté—, ¿me decía…?
— Que te lo voy a comer todo —me respondió—, que nada
más verte he comprendido que ya no podré vivir una vida normal si no te devoro
enterito.
No voy a
detallar la cortísima conversación que tuvimos, solo os diré que subimos las
escaleras besándonos y desnudándonos el uno al otro. Tuve que abrir la puerta
con una mano, porque en la otra tenia mi camisa, sus bragas, su bolso y mí
corbata. La urgencia era inmensa y no podíamos dejar de actuar. Abrí como pude
y tiré todo lo que llevaba al suelo para seguir besándola. Recorrimos el trozo
de pasillo hasta el sofá del salón en un instante en el que nos dio tiempo a
seguir despojándonos de prendas de vestir hasta quedarnos desnudos. Una vez en
el sofá se abalanzó sobre mí e irguiéndose con sus pechos sobre mi cara,
exclamó: ¡Te voy a hacer mío para siempre
mí amado…! ¡La Eternidad nos acogerá en su seno…! A lo que yo le respondí: ¡Si, para metáforas estoy yo ahora…! ¡Venga,
cómeme ya de una puta vez…!
Al instante
sentí un pedazo mordisco en el cuello, justo donde transita la vena esa gorda
que lleva tanta sangre. Protesté débilmente: ¡Joer tía, ten cuidado que me voy a desangrar…! a lo que ella
respondió en un susurro: ¡Eso es lo que
quiero, corderito mío… chups… chups… chups…!
Retiré un
poco mi cara para ver la suya y con horror infinito vi como su boca estaba
empapada con la sangre que la muy cabrona había extraído de mi cuello. Me
escabullí como pude por debajo de su cuerpo e intenté ponerme de pie, pero
tenía los pantalones en los tobillos y volví a caer nuevamente al suelo. Noté
como las uñas de una de sus manos recorrían mi espalda desde la nuca hasta
donde termina y al caer al suelo, se abalanzó sobre mis glúteos
mordisqueándolos y clavando sus afilados colmillos en ellos en un intento de
retenerme junto a ella.
Recorrí el
pasillo como pude, gateando y arrastrándome cada vez que ella me sujetaba por
los tobillos, por lo que decidí quitarme los pantalones y en esa actitud conseguí
encerrarme en el cuarto de baño, donde bajando el pestillo de seguridad de la
puerta, abrí la ventana comprobando que mi única salida consistía en la bajada
de aguas fecales. Conseguí agarrarme a ella y llegar hasta la calle,
despavorido, gritando y pidiendo socorro a todos los que pasaban por mi lado…
Llevo cuatro
días en un calabozo. Se me acusa de escándalo público y alteración del orden;
resistencia, desacato y agresión a la autoridad (le di un puñetazo a un policía
cuando me estaba interrogando) y a la fuerza pública, donde me piden daños y
perjuicios porque he dejado a cuatro de sus miembros en un hospital con huesos
rotos y “cosillas” de esas que se inventan. En un sumario muy grave, se me
acusa de prácticas de sadomasoquismo, intento de violación a una señora que
pasaba por allí y a la que me abracé para que me protegiera. Y también se me
acusa de violación de los derechos de salud pública al meterme en La Cibeles
para esconderme.
Ha venido a
verme un tipo diciendo que es abogado y que la pena que me pueden imponer por
los delitos cometidos ronda entre los 10 y 15 años de prisión. Nadie ha creído
la versión que he dado porque la pájara esa tan hermosa de 1,80 y ojos verdes
ha desaparecido sin dejar rastro alguno.
“En estos días de aislamiento y reflexión me ha dado
tiempo a proyectarme en los siguientes 10 años que pasaré en una penitenciaría,
donde intentaré elaborar un informe en el que detalle la convivencia de la
pareja en un mundo absurdo en el que ha germinado la semilla de la destrucción
desde sus inicios. He retornado a pensamientos anteriores, dándome cuenta de la
importancia de la mujer en esta sociedad, en la que además de figurar como
“creadora de vida”, también aporta su trabajo y un esfuerzo que dudo mucho
supiera sostener el hombre”
“Al fin y al cabo, solo somos unos espermatozoides con
patas”
Dórigo Alegezzo
Nota: Todos
los derechos de autor, debidamente protegidos en el Registro de la Propiedad
Intelectual de Madrid.
Un sueño frustrado...
Código: 1311299455662
Fecha 29-nov-2013 1:53 UTC
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