sábado, 26 de marzo de 2011

Érika - II…

Érika…


Soy arriesgado…, he llegado hasta aquí con mis bolsillos vacíos y no tengo nada que perder…
Me planteo: ¡Si ya no tengo nada que perder!..., ¡voy a ver si tengo algo que ganar!...
Y me puse a rebuscar entre los acontecimientos más importantes de nuestro Mundo…
Empecé haciendo reportajes sobre las vivencias de los más débiles, sus necesidades más acuciantes…; me dispersé por varios lugares de España, ya que no tenía dinero para salir al extranjero y conseguí vender dos reportajes a una cadena televisiva, cuyo comité de compras debía estar mirando hacia otro lado cuando lo hizo.
Por supuesto, yo no hice el mínimo esfuerzo para que desviaran sus miradas…
Con el dinero obtenido me trasladé a África y me pude comprar una buena cámara, con un zoom muy potente y una nitidez de imagen muy apetecible.
Mis bolsillos otra vez estaban vacíos. Había dejado en Madrid una pequeña reserva de él, por si se prolongaba mucho la venta de lo que trajera grabado.
Recorrí varios países del Continente Africano, en un viaje de seis meses. Me introduje en la miseria más absoluta, la mortandad más escalofriante; me convertí en  el observador impotente de las tragedias más aterradoras que jamás hubiera pensado…
Luché por sobrevivir, hice amigos y enemigos, lloré, supliqué, exigí, reté…
Muchos días no podía comer… ni beber…, no había nada de nada…
Un vaso de agua era el mayor de los tesoros y en alguna ocasión pude grabar la lucha sostenida por alguien para apoderarse de él.
Aprendí a comer raíces y  buscar agua donde no la había…
Llegué a beber… ¡hasta mi propia orina!...; y también a guardarla como un tesoro…
Muchas noches me acostaba sobre mi cuerpo, sin nada más que la hojarasca que rodeaba mi entorno y pensaba que llevaba tres días sin comer, pero que los que me rodeaban, también acostados sobre la tierra…, llevaban toda  su vida sin hacerlo…
No os lo he contado, pero cuando entré en África pesaba cerca de 90 kilos, hacía meses que no practicaba ningún deporte y me encontraba en situación de sobrepeso…
Cuando seis meses después regresé a España, apenas podía con mi cámara y la bolsa que contenía las cintas grabadas…, pesaba 65 kilos…

No hay comentarios:

Publicar un comentario