Carta a
una esposa
Es la única
jerarquía que he recogido de la vida y lo que me hace sentir importante… Saber
que estás a mi lado. Me levanto a las cinco de la mañana para escribir lo que
mi cabeza ha madurado durante la noche, pero el tiempo no comienza hasta que te
veo entrar por la puerta del despacho. Entonces se abre el sol, huyen las
sombras de mí, y sonrío y me ilusiono como el primer día que te conocí en
aquella fiesta.
Cada vez te
necesito más y más intensamente. No sé… Será porque me debilito según pasan los
años, o porque comprendo mejor las cosas y la sensibilidad me inunda. Pero soy
consciente que necesito tu aprobación en todo lo que intento abarcar. Tu mirada
crítica, tu opinión más descabellada, tu sonrisa. Nuestras locuras. Porque ya
no soy capaz de iniciar nada sin ti, sin tu consejo. Además, tampoco quiero
hacerlo en solitario.
Me he
acostumbrado a ti a través del amor. Es un proceso que ha culminado en ese rulo
infinito donde los sentimientos lo inundan todo. Cada día más. No me gusta que
te pintes, porque tus labios ya no son tus labios cuando los tornas de rojo, y
tus ojos no son tus ojos cuando los subrayas de verde. Y esas arrugas en la
cara, son los besos que nos hemos dado y las caricias con las que nos
transformamos.
Te deseo, te
sigo deseando igual que el primer día, hace muchos años ya. Cuatro hijos con
mucha prisa y un millón de aventuras vividas a tu lado. Deseaba llegar a una
edad superior, porque mi curiosidad por saber como te iba a seguir amando me
podía. Imaginaba la dulzura que sentiría a tu lado, el amor tan inmenso que nos
tendríamos, pero estaba equivocado, porque aunque la imaginación puede superar
casi siempre a la realidad, en esta ocasión, la mía se quedó huérfana de
intensidad, conformándose con unas cuantas migajas de lo que en realidad me has
dado. De lo que he sentido y siento por ti.
Y soy
egoísta porque no sé como hacerlo. No quiero morirme antes que tú para no
sufrir tu ausencia, pero tampoco quiero que sufras tú por la mía. Y vuelvo a
ser egoísta porque otra vez no sé como hacerlo, como llegar al final sin que
ninguno de los dos sufra. Tendrás que ser quien tome la decisión más adecuada.
Sabes que siempre he dado prioridad a tus opciones y que desde el primer día te
dije que las respaldaría, que estuvieses
donde estuvieses, supieras que detrás estaba yo, protegiendo y apoyando tu
iniciativa.
Ahora vamos
a ceder en nuestras obligaciones profesionales, a relajarnos y conseguir más
tiempo para nosotros. Disfrutar más, si cabe, que en los tiempos pasados. Y
vamos a construir desde nuestro ayer, un día a día, porque no quiero vivir con
mayor esperanza que el presente, el instante en que te miro y desfallezco, en que te beso y me duermo, en
que te poseo y me muero porque toda mi vida y mi energía se escapan a chorros
desde mis entrañas.
Sigues
siendo mi afición, mi fantasía cumplida y mi mejor aventura, porque todo
ello, junto al amor que te tengo, está
en ti, solo en ti, y será lo único que me lleve en mi sueño final.
Te amo…
Dórigo Alegezzo
Nota:
Todos los derechos de autor, debidamente protegidos en El Registro de la
Propiedad Intelectual de Madrid.
Recordando la vida...
Código: 1503193542399
Fecha 19-mar-2015 10:38 UTC
Licencia: All rights reserved
Fecha 19-mar-2015 10:38 UTC
Licencia: All rights reserved
Excelente carta
ResponderEliminarNadie me escribió una carta así
S.M.T., gracias por leerla y gracias por tus emociones.
EliminarSaludos desde Madrid.
La lluvia cae al mar y el amor al alma. Qué carta amigo, es una maravilla!!! Un abrazo fuerte!!!!
ResponderEliminarPaty
Incluso comentando eres poeta Paty. Sabes lo mucho y bien que te recuerdo y la alegría que siento cuando te veo.
EliminarCariños querida amiga.
Me resulta de mucho gusto, amigo.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias José. Un abrazo.
EliminarEs muy difícil escribir lo que se siente ante un escrito así. Una mezcla de emociones , sentimientos y raciocinios inexpresable. Es muy buena, excelente - lo sabes- Derrochas una explosión de ternura, romanticismo, realidad y calidad literaria que desde luego no deja a nadie indiferente. Ésa sensibilidad... Me parece estar viendo y re-viviendo todo el amor, vivencias y experiencias de mis padres- hace poco falleció mi padre y mi madre no sabe vivir sin él, como él no sabía vivir sin ella- Mi querido y admiradísimo amigo, te extrañaba mucho. Leerte de nuevo es una experiencia maravillosa. ... El amor, todo el amor... Será lo que te lleve y nos lleve hasta el sueño final... Una complicidad y fusión entrañables. Un sueño que me habría gustado vivir. Saborear... Como debería saborearse y exprimir la existencia. _Realmente, el comentario de Paty es precioso... Ni intento siquiera competir con ella. Es muy buena. Mi Dórigo del alma... Me encantó, mi amigo, genio... Y que te quiero mucho. Si, ya se que lo sabes . Y que te admiro- lo sabes también- Y que te extraño hasta cuando no te extraño.. Quizá eso no lo sabías, pero es cierto. Intento compensar mis largos silencios con éste largo y pesado comentario. Disculpa. Es fascinante. Abrazos inmenso y besotes también... Nunca llevo maquillaje, puedo arrugarme a gusto... Nievi
ResponderEliminarBueno, ya te he respondido en otro lugar Nievi. Ahora, solo decirte que tus palabras siempre son cariñosas y las recibo esa ilusión tonta que se nos pone a los escritores cuando una amiga nos dice que lo hemos hecho bien. Gracias y gracias preciosa.
Eliminar¿Puedo o puedes? A ver, aclara eso... Jajajajajajaja...
Dorigo...
ResponderEliminarMe he regocijado en esta carta de amor tan hermosa que has vertido.
Es tan hermoso sentir el amor como lo sientes o como lo plasmas.
Si es una entrega real... envidio a tu esposa; porque debe ser sublime saber que se es amado de esta manera.
No creo seamos egoístas al no querer morir ni antes ni después del ser amado. Sería hermoso los 2 juntos, dormidos, tomados de las manos.
Hace poco leí una historia, donde una pareja, recibió en su humilde morada a unos Dioses del Olimpo, que llegaron a la tierra a poner orden, porque vieron mucha desidia, odios etc., etc y cada puerta que tocaban se la cerraban y los únicos que les atendieron fueron esos esposos y con todos sus escasos recursos, se deshicieron en atenciones, sin saber que ellos eran dioses, para no alargar la historia, al final de su visita y por las atenciones recibidas los Dioses se llevaron a la pareja, destruyeron el pueblo, construyeron un hermoso templo y se lo obsequiaron al matrimonio y el hombre dijo, no, no deseamos ese regalo, ya estamos viejos y a quién le dejaríamos eso si no tenemos hijos, sólo permitan que lo cuidemos.
Los Dioses le preguntaron, que querían y ellos dijeron... morir juntos, no queremos estar el uno sin el otro. Los Dioses lo concedieron y, cuando llegó el momento, ambos tomados de las manos, en medio del hermoso jardín del templo que cuidaban, vieron como sus pies fueron adquiriendo raíces y poco a poco su cuerpo se fue transformando en árboles frondosos y así se fueron.
Así que pide que cuando te toque partir, lo hagan juntos para que el amor sea eterno.
Me encantó leerte.
Besos
Me encanta cada vez que apareces por uno de mis rincones Iris. Eres muy cercana y una excelente escritora y lectora.
EliminarPor desgracia no es una historia real ya que estoy solo desde hace seis años, aunque seguramente me gustaría que lo fuese. Quizá sea eso, el deseo que fuese realidad.
El cuento es precioso, con un final que sensibiliza a cualquiera.
Gracias por estar y por ser como eres querida amiga.
Te envío besos y abrazos desde este Madrid húmedo y bañado por la lluvia.
Es un encanto poder leer semejante carta, pocas veces he leído, exquisito de principio a fin. Muestra una gran sensibilidad que pocas personas saben transmitir, Gracias por permitirme leerte y por la belleza de este escrito. Te felicito es precioso. Saludos. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias a ti Rocío. No creo conocerte pero me encanta que hayas entrado para leerlo. Te lo agradezco.
EliminarHe intentado comentar algo en tu página pero me dice que tengo que pertenecer a la comunidad. La verdad es que no se como hacerlo. Espero poder continuar con tu compañía.
Saludos desde Madrid.